Es difícil imaginar un mundo sin tecnología inalámbrica. Poder controlar la música, enviar archivos o manejar electrodomésticos desde un dispositivo es una necesidad diaria más que un lujo de otro mundo. Definitivamente, el Bluetooth ha cambiado la vida para mejor. Sin embargo, la tecnología no es tan nueva como podría pensarse. Además su popularidad ha aumentado con los años, un claro ejemplo es el uso de esta en los dispositivos como bocinas bluetooth, audífonos y celulares. En países como Guatemala, estos artículos son muy populares entre la población y se han vuelto parte de su vida diaria.
Así que, antes de pulsar ese icónico logo azul en tu teléfono, echemos un vistazo a cómo se inventó el Bluetooth y qué llevó a lo que usamos hoy en día. El Bluetooth y otras tecnologías inalámbricas tienen una larga historia que las ha convertido en las características fiables.
La invención de Bluetooth en 1994
Los orígenes de Bluetooth se remontan a 1994, cuando el Dr. Jaap Haartsen recibió el encargo de encontrar conexiones de radio de corto alcance. Trabajando en la División de Terminales Móviles de Ericsson, quería encontrar una forma de enriquecer la funcionalidad de los teléfonos móviles, cuya popularidad crecía por aquel entonces.
Experimentando con múltiples factores y activos diferentes, Haartsen pudo finalmente crear una tecnología que utilizaba ondas de radio UHF a 2,4 GHz. Consiguió que este protocolo consumiera una cantidad de energía bastante baja y que funcionara correctamente en un rango más corto.
Sin embargo, el Wifi también funcionaba en esta frecuencia, así que Haartsen ideó una forma de utilizar técnicas de salto de frecuencia para garantizar que las conexiones Bluetooth fueran fiables y tolerantes a las interferencias.
Por aquel entonces se creó el Grupo de Interés Especial (SIG) de Bluetooth, que agrupa a los líderes de las principales empresas tecnológicas. Este grupo sigue existiendo hoy en día, supervisando las actualizaciones y características posteriores de las nuevas versiones de Bluetooth.
El SIG concedió licencias de marcas y presentó patentes que convirtieron a Bluetooth en un estándar para la comunicación inalámbrica, pero también impidió que otros crearan un protocolo similar. Por eso no hay realmente ningún otro competidor similar a Bluetooth en el mercado.
La decisión del nombre en 1996
Una vez que esta tecnología se había perfeccionado, era el momento de empezar a pensar en la comercialización a los consumidores y a las empresas tecnológicas para su implementación en sus aparatos. Sin embargo, el protocolo inalámbrico necesitaba un nombre.
En 1996, los líderes de Intel, Ericsson y Nokia se reunieron para discutir cómo se podía estandarizar Bluetooth entre diferentes productos e industrias. Para facilitar las cosas, el empleado de Intel Jim Kardach sugirió un nombre en clave que pudieran utilizar como referencia.
En ese momento, Kardach había estado leyendo sobre los reyes vikingos, y estaba especialmente cautivado por Harald Gormsson. Harald era apodado “Bluetooth” porque se decía que tenía un diente frontal podrido que adquiría un color azulado.
Harald era famoso por unir Dinamarca y Noruega, y Kardach pensó que esto era similar a lo que se intentaba conseguir uniendo las industrias de los ordenadores y los móviles con enlaces inalámbricos de corto alcance. Sugirió el nombre de Bluetooth como marcador de posición.
Sin embargo, cuando llegó el momento de dar con un nombre serio, las patentes y los problemas de licencia hicieron imposible dar con otro. Por ello, ese nombre se convirtió en la única opción, y se ha mantenido desde entonces.
El icónico logotipo de Bluetooth es una combinación de los caracteres nórdicos de la “H” y la “B”, las iniciales de Harald Bluetooth.
El primer dispositivo Bluetooth en 1999
Una vez que se estableció el nombre y las empresas pudieron empezar a utilizar la tecnología en sus dispositivos, empezaron a aparecer aparatos Bluetooth de consumo. El primer dispositivo de consumo fue un auricular manos libres para móviles que se lanzó en 1999. Ese mismo año se lanzó la primera especificación de Bluetooth, la 1.0, que permitió el lanzamiento de muchos otros dispositivos inalámbricos.
Más conocido que los auriculares es el Ericsson t36, que fue el primer teléfono móvil que utilizó la tecnología Bluetooth. Funcionaba mejor cuando se combinaba con el auricular manos libres de Ericsson. Sin embargo, este modelo nunca llegó a las tiendas.
Fue la edición revisada del Ericsson t39 la que se convirtió en una forma accesible para que los consumidores empezaran a utilizar la tecnología inalámbrica en su vida diaria.
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